Estampa viva de un pasado que posicionaba a la ciudad entre las primeras; los viejos galpones del ferrocarril se han convertido en museo. Allí se advierten veinte vagones y algunas tantas locomotoras históricas, como la de vapor de trocha angosta del Tren Presidencial que transportara en su momento a Hipólito Yrigoyen y a Eva Perón; el Tren médico que usó Illia; entre otros.