Segundo emprendimiento productivo de la Compañía de Jesús, se forjó a partir de 1618 tras la adquisición jesuítica de las tierras, el molino, cepas de viñas, vacas, bueyes y cerdos.
Esta estancia concentraba a los aborígenes, que eran asalariados, así como a cientos de esclavos comprados en el puerto de Buenos Aires.
Puede aún vislumbrarse el patio central del establecimiento cerrado por un claustro de dos niveles; las amplias galerías; y la iglesia de fachada sobria en cuyo interior admiran la cúpula ornamentada por arte aborigen y la espadaña de piedra junto a la sacristía.
Por su parte, la producción vitivinícola de la Estancia Jesús María alcanzó tal grado de calidad y desarrollo que su fama continúa prolongándose en el mundo.
Luego de la expulsión de la Orden, la Estancia Jesús María pasó a manos privadas hasta que en 1941 fue adquirida por el gobierno nacional y declarada Monumento Histórico. En1946 comenzó a funcionar como Museo Jesuítico Nacional, recreando las condiciones originales del emprendimiento.
Se encuentra al noroeste de la planta urbana de la ciudad de Jesús María, 4Kms. al norte de la Estancia Caroya, siguiendo la Ruta Nacional Nº 9.