La extrema rigurosidad del ambiente que presentan el lugar, hace que no exista población humana estable en el territorio. Una región desolada, en donde una mirada nos bastaría para afirmar que nada allí puede subsistir. Sin embrago, la sabiduría de la naturaleza ha creado las condiciones para que determinado tipo de especies animales y vegetales pueblen los solitarios territorios de las salinas, que se extienden cubriendo con su manto, una superficie aproximada de 200.000 hectáreas.
En esa inmensidad de suelos claros y áridos, se encuentra el refugio Vida Silvestre Monte de las Barrancas que se expande entre los paisajes de bosque chaqueño, arbustal y playas salinas. Este es uno de los habitad naturales del puma, el gato montes de las salinas, el guanaco, el quirquincho, la liebre criolla y el conejo de los palos. Mantiene además una multiplicidad de aves. Alguna de ellas como el águila coronada, el halcón aplomado, la monjita de las salinas o los aguiluchos, surcan en libertad los cielos del lugar, mientras que otras como el ñandú, recorren los senderos de la región en busca de alimento, otorgando un encanto particular a la vista. La vegetación está conformada mayormente por algarrobos, quebrachos, chañares y cardones, bajo los cuales desarrollan su vida las tortugas de tierra, la ampalaguas y las yarará chicas. El Refugio, alberga ejemplares de especies en franco retroceso numérico en la provincia. Si es invierno, podemos caminar tranquilamente por el suelo salitroso de la reserva. En verano en cambio, y al ser un bajo, la extensión se llena de agua presentado la imagen de mil flamencos que paseas por el lugar.
El acceso a la región se abre por la ruta nacional 60, con dirección norte, recorriendo los departamentos de Tulumba y Cruz del Eje. Una vez allí, asistiremos a las imponentes vistas de uno de los ambientes salinos más singulares de Córdoba, en donde crecen vegetales y animales de los dominios Chaqueños, que se conjugan con otras especies propias de la región salina. Una vez allí, entonces, asistiremos a las manifestaciones de un paisaje que alberga toda la magia y la sabiduría de la naturaleza.