Es el símbolo turístico de la villa. Construido a fines de 1810 por el ingeniero italiano Miguel Thea, siguiendo el modelo del antiguo Molino de Piedra Colonial, fue utilizado por los españoles para la molienda de los cereales que cultivaban en sus estancias. Actualmente sólo queda el mirador, y para acceder a él es necesario pedir permiso ya que se encuentra dentro de propiedad privada.