Obra de arquitectos italianos, brasileños y argentinos, se caracteriza por su singular diseño arquitectónico, que semeja una mano humana señalando a su Creador. Construida sobre un tanque australiano que profundiza su atractivo, cautiva al observar, por medio de una ventana en el piso de la Capilla, el agua almacenada. Se conservan en este templo objetos utilizados por el Papa Juan Pablo II en su visita a Córdoba en el año 1982. Se halla enclavada en un lugar muy alto, en los contrafuertes de las Sierras Chicas. Al predio de la Iglesia se accede desde la ruta por la Av. San Plácido, calle de tierra típica de las poblaciones serranas que, remontado una cuesta abrupta, se interna en las montañas conservando de manera irregular y orgánica el trazado urbano de calles y parcelarios, la mayoría de ellos aún no consolidados.