Las creencias religiosas hicieron a la construcción de un sencillo y encantador templo para venerar a Santa Rosa de Lima. La colorida imagen de la Patrona de la ciudad se destaca en medio del armonioso color amarillento de sus paredes. Frente a la Iglesia, la Plaza que lleva el mismo nombre invita a recrearse y descansar bajo la sombra de su prominente arboleda.