Enclavada en la cima del Cerro del Romero, una capilla edificada en su totalidad por piedras, guarda en su interior la imagen de la Virgen Cautiva. Para llegar hasta las ruinas de lo que fue el primer templo del pueblo es preciso subir una escalera. Los documentos encontrados registran como fecha de ejercicios parroquiales el año 1611, cuando estaba a su cargo el presbítero Juan Sánchez.