Las paredes de adobe dan cuenta de una antigua construcción que conserva los vestigios de uno de los poetas argentinos más destacado. Quienes pasan por allí se ven atraídos por el deseo de interrogar aún más sobre la historia de Leopoldo Lugones y sus vivencias en el hogar que lo vio nacer. Sobre la calle Cautivita 459, en la actualidad además del museo, funcionan una biblioteca y un taller de tejido.