Antiguamente conocido como El Real Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat, el Colegio Nacional Monserrat, encierra en sí mismo la historia de los primeros años de educación en el país. Es un recorrido excepcional, que no sólo atrapa por la arquitectura antigua sino por la mística propia que envuelve a uno de los edificios más influyentes en la cultura cordobesa y nacional. Durante el siglo XVI, Córdoba era el centro de donde provenían números jóvenes a educarse con la Orden de los Jesuitas, hecho que llevó a necesidad de contar con un colegio donde los estudiantes pudieran hospedarse y realizar sus estudios. Finalmente, luego de varios años y proyectos truncados, el Colegio Real Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat, fue fundado 1º de agosto de 1687. Durante los primeros años, el Colegio, fue establecido en la casa de los Duarte, que constaba de un patio y siete habitaciones, en la actual esquina noroeste de Obispo Trejo y Caseros, al frente del lateral de la Iglesia de la Compañía de Jesús. Gracias al aporte de nuevas donaciones y adquisiciones, la Compañía de Jesús fue agrandando la propiedad de los Duarte, avanzando sobre el resto de la manzana hoy encerrada por las calles Obispo Trejo, 27 de Abril, Caseros y Av. Vélez Sársfield. En el sótano del Colegio Monserrat, actual Museo Obispo Fray José Antonio de San Alberto, funcionó la segunda imprenta del territorio del Río de la Plata, de corta duración pero de gran influencia en la cultura cordobesa. El Colegio de Monserrat, es mucho más que un edificio antiguo. Por sus aulas pasaron quiénes se convertirían en nuestros líderes de la emancipación nacional como lo son Juan José Paso, Juan José Castelli y José María Paz – entre otros, por lo que se trata de una pieza fundamental de la historia de todo un país.