Transitando los caminos del norte cordobés se van encontrando pequeñas poblaciones que ofrecen, cada una en particular, relatos de una historia riquísima e interesante. Tierras que pertenecieron a las tribus sanavarionas y comechingones son actualmente las que resguardan a San José de la Dormida.
Localidad habitada principalmente por trabajadores y peones de campo, brinda la posibilidad de disfrutar de vacaciones con tranquilidad y con la simpatía de la gente que recibe a los turistas con la mejor predisposición. Las pacíficas calles de tierra que cruzan a San José de la Dormida invitan a ser recorridas para regocijarse del contacto con el aire puro que emana del paisaje serrano.
Los terratenientes que, a fines del siglo XIX, instalaron sus magníficas casas residenciales vieron en San José de la Dormida el ambiente ideal para descansar tras arduos días de trabajo en las actividades rurales. Algunas de estas construcciones aún se mantienen en pie y recorrerlas es una interesante propuesta.
La estratégica ubicación territorial hace que San José de la Dormida se convierta en uno de los lugares por donde atraviesan la mayoría de los itinerarios turísticos del norte de la provincia de Córdoba. Ríos caudalosos, atractivas calles, museos y galerías de arte rupestre que se encuentran en la región son algunas de las propuestas que destacan este sector. También la posibilidad de practicar ciclismo de montaña, caminatas y equitación hacen irresistible este destino.