Hacia 1789, Don Cornelio Caldevila toma posesión del Paraje Ojos de Agua, lugar que hoy conocemos con el nombre de Huerta Grande.
Por aquellos tiempos, los habitantes trabajaban la tierra como actividad central, abasteciendo a una amplia zona, incluyendo el Mercado de Abasto de Córdoba. Los principales productos eran los frutales, maíz, porotos, tabaco y alfalfa. En ganadería se utilizaban las especies lanares, caprina, bovina, vacuna, caballar, mular, cría de aves y colmenas.
En el año 1892, se crea la Estación Ferroviaria y las bombas para el abastecimiento de agua, eventos que marcaron el inicio del trazado del Pueblo. En aquel entonces Huerta Grande era una de las pocas localidades habitadas de la provincia de Córdoba.
Durante 1895, se funda una Escuela Rural de Varones y Mujeres, una Botica, única en toda la zona, Almacén de Ramos Generales y se abre una calle que uniría desde la estación de ferrocarril hasta el terreno donado para la construcción de la Iglesia.
Surgío así la iniciativa de desarrollo de la población y con ello la venta de lotes que se transformaron en viviendas permanentes y residencias veraniegas. Son dos las industrias que más tarde se destacarían por su intenso progreso, la industria de la piedra, con la elaboración de material granítico y fundamentalmente, el turismo en Huerta Grande, Córdoba.